Rendirme nunca, tengo mucha fe.

El tener miedo a los cambios y retos que vienen con la madurez no es malo. Uno puede aprender mucho de esto y hacerse más fuerte. En el mercado laboral actual no tener un “Master", “Doctorado” o cualquier súper título es muy válido, pero para obtener todo esto la experiencia laboral es escasa o nula.

Claro, tampoco 10 ó 20 años de experiencia laboral garantiza nada, pero debería tener mucho peso. Ahora nos encontramos con todo cuesta arriba, pero a pesar de todo no debemos rendirnos nunca, nadie nos garantizo que estaríamos en la misma piedra parados sin que nadie la quisiera ocupar. Ok, entonces viene el golpe, nos quitaron la piedra y nos dijeron hay que nadar, pero para los que tenemos fe en Dios y en nosotros sabemos que no nos vamos a ahogar.

Rendirnos y colgar los guantes sería lo más fácil, lo lógico para el humano, lo más sencillo pero nunca lo más correcto. ¡No podemos rendirnos ahora!, ¡Hay que fajarse y luchar este nuevo round!.

La reconocida, inmortalizada y llena de anécdotas ”Pelea del Siglo" entre Mohamed Alí y el poderoso George Foreman fue un duelo que paralizó el mundo el 30 de octubre de 1974 en Kinsasa, capital de Zaire, actual República Democrática del Congo, reuniendo a cerca de 100 mil espectadores en el estadio y millones de televidentes alrededor del mundo.

Todos los seguidores de Alí le pedían destrozar a su rival, al inicio de la pelea todo era como Mohamed Alí había prometido, golpes rápidos y derechazos que resintieron a Foreman. Pero luego todo cambio, Alí se dejo golpear, no siguió el baile y fue llevado a las cuerdas por “Big George”.

La estrategia casi suicida de Alí era acompañada de comentarios al oido de Foreman diciéndole “¿Eso es todo lo que tienes?. Luego la historia nos cuenta como Alí retomo su estilo, noqueando en el octavo round al campeón cansado y vencido por la resistencia del gran Mohamed Alí.

Así es la fe, la vida nos puede golpear, hacer dudar y llenarnos de miedo pero hay que preguntarle ¿Esos es todo lo que tienes?, retomar nuestra lucha y con fe en Dios derrotar los miedos, los “no se puede” y todo aquello que nos empuja al derrotismo.

No será fácil, pero ver caer a la lona todo lo negativo y abrir los ojos para descubrir todo nuestro potencial seguramente nos hará caer de rodillas y darle gracias a Dios por tener fe en nosotros.