Cuando nuestras actitudes superan nuestras habilidades, aún lo imposible se hace posible.
- Rubén Guillén
- 24 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Ya he escrito varias veces sobre tener fe, no soy lo que se puede llamar una persona religiosa (no lo soy se los garantizo), pero si tengo fe, tengo fe en Dios, tengo fe en las personas, tengo fe en mi familia y tengo fe de que estoy luchando por lo correcto.

Si lo vemos totalmente apegados a la fe en Dios, tener fe es aceptar sin dudar lo que Dios permite que pase en nuestra vida aunque no lo entendamos y aunque no nos guste. Por otro lado la fe es confianza. Y se necesita mucho valor para confiar.
Sabemos que lo opuesto a la fe no es la incredulidad, sino la desconfianza, el temor. El temor nos hace aferrarnos a cualquier cosa que esté al alcance, incluso creencias y esto no lo digo yo lo he encontrado escrito por David Steindl.
Entonces tener fe es creer, confiar sobre el temor y la desconfianza, eso me hace sentido porque desde que empece en este negocio y no me refiero sólo a la publicidad, le sumo los años de experiencia en producción audiovisual y los cortos períodos trabajando como un digitador de inventarios y estudiando mi bachillerato he tenido fe, contra viento y marea he tenido fe y le agradezco a Dios por todo lo que me ha dado, porque sigo sintiendo que siempre ha sido más de lo que he pedido.

Por eso no me rindo, me levanto día a día dando gracias por la vida, por mi familia, por los alimentos, por la salud y por las nuevas oportunidades que se vienen. No me rindo porque tengo fe, creo en Dios y sus lecciones que nos hacen más fuertes y aunque a veces me da miedo, sigo adelante porque realmente no me falta nada.
No espero con esto ser un gran motivador sino les comparto un poco mi sentir, reflexionemos ¿Qué nos falta?, ¿Qué tenemos? y nos daremos cuenta de todo lo que Dios nos ha dado, lo que nos falta es valor para enfrentar los nuevos retos, porque nos aferramos a lo material, nos aferramos a lo que estaba “bien”, pero nos olvidamos revisar todo lo que estábamos haciendo mal, ahora hay que seguir luchando, si tu trabajo no te gusta pero paga bien, estás mal, sal y busca un nuevo reto donde tu corazón y salud mental estén mejor y te aseguro que si pides con fe, no te va a caer del cielo dinero, pero seguramente Dios te abrirá nuevas puertas y te mostrará el camino.
Termino acá por ahora, pero espero dejar la semilla para que revisemos a lo que le tenemos fe. Que Dios nos bendiga y ha seguir luchando.
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